Islas Británicas

El sur de Inglaterra cuenta con una espectacular costa que encierra algunos de los paisajes más bellos de Gran Bretaña. Un paisaje de colinas y brezales, llanuras y bosques, montes y valles que no tiene rival. Southampton es la puerta de entrada a la campiña inglesa y a una amplia variedad de lugares históricos, monumentos nacionales y mucho encanto. Y, por supuesto, Londres queda a tan solo de dos horas de viaje por una carretera moderna.

El principal puerto de pasajeros de más nivel del Reino Unido, Southampton recibió durante mucho tiempo a los grandes transatlánticos de antaño.

Fundada en el siglo VII por San Fin Barre, Cork es la puerta de entrada a la Irlanda romántica. Podrá pasear por estrechos caminos rurales o ver los lagos de Killarney. El visitante más intrépido podrá escalar los estrechos pasos del Castillo de Blarney para besar la Piedra de Blarney. La región alrededor de Cork alberga de una de las mayores concentraciones de monumentos prehistóricos de Europa Occidental. Y, en una tierra donde la fábula y la realidad se mezclan para convertirse en el folclore, se cuenta que fue cerca de Cork donde la gente Tuatha Dé Danann, una raza con poderes mágicos, fue obligada a pasar a la clandestinidad por los Celtas conquistadores.

Cobh fue el único y más importante puerto para la emigración de Irlanda.

Dublín ha experimentado un renacimiento. Hoy en día, esta amable y cosmopolita ciudad en el Liffey es uno de los destinos más importantes de Europa. La capital de la República de Irlanda, Dublín, es un lugar íntimo que es fácil de explorar. Pasee por los verdes parques de San Esteban, las grises fachadas de piedra del Trinity College, la universidad más antigua de Irlanda. La ciudad se conserva notablemente bien – cada 16 de junio los estudiosos desandan los caminos de los personajes como James Joyce en la novela “Ulises”, ambientada en Dublín el 16 de junio 1904.

Dublín tiene una historia ilustre. El asentamiento ha existido en las orillas del Río Liffey durante al menos un milenio y medio. Las sucesivas oleadas de gaélicos, vikingos, normandos e ingleses invasores han dejado su huella en la ciudad.

Este gran puerto industrial creció en importancia como consecuencia del comercio con las Américas. Esta tradición comercial se mantuvo hasta los años 60, momento en que los Beatles iniciaban una primera ola de rock ‘n’ roll sobre la “Invasión Británica”. En realidad, la ciudad posee encantos culturales que van más allá de los Beatles. Liverpool alberga dos de los mejores edificios de estilo neoclásico de Europa. En la cercana Port Sunlight, el magnate William Lever construyó un pueblo industrial modelo y creó la Galería Lady Lever. Este museo alberga una magnífica colección de pinturas y muebles ingleses.

Glasgow fue el gran centro industrial de Escocia durante el siglo XIX. Hoy en día, la ciudad sigue siendo la capital comercial y cultural de los Lowlands (las Tierras Bajas). Situada a las orillas del Río Clyde, Glasgow cuenta con algunos de los mejores ejemplos de la arquitectura Victoriana en todo el Reino Unido, incluyendo las señoriales “City Chambers”. En la elegante “Princes Square” el viajero encontrará excelentes tiendas para el shopping, y entre la gran cantidad de museos y galerías que ofrece la ciudad, la Burrell Collection cuenta con una magnífica colección de pinturas y arte.

Justo al norte de Escocia se encuentran las Islas Orcadas. Bañadas por la lejana corriente del Golfo, esta cadena de más de 70 islas ofrece espectaculares paisajes que van desde los acantilados que se elevan a 92 pies por encima de las olas que suavizan las playas de arena blanca. Los observadores de aves acuden a las Islas Orcadas, atraídos por la multitud de aves marinas. Los submarinistas exploran los naufragios que yacen en las aguas claras de Scapa Flow, fondeadero de la Royan Navy durante las dos guerras . Y lo más fascinante de todo, las Islas Orcadas cuentan con la mayor concentración de yacimientos prehistóricos en toda Europa, incluido el misterioso Anillo de Brodgar y Skara Brae de 5.000 años de antigüedad.

In 1933, an enterprising editor in Inverness enlivened a slow news week with the story of an odd sighting in Loch Ness. The legend grew overnight – and today individuals still scan the dark waters of the Loch for a sight of Nessie, the Loch Ness Monster. Legend goes back as far as the 6th century and insists that the celebrated Loch Ness Monster inhabits a cave beneath the picturesque ruins of Urquhart Castle. Welcome to Invergordon, your gateway to Loch Ness and that area of the Highlands known as the “Great Glen.”

Edinburgh is Scotland’s compact, hilly capital. It has a medieval Old Town and elegant Georgian New Town with gardens and neoclassical buildings. Looming over the city is Edinburgh Castle, home to Scotland’s crown jewels and the Stone of Destiny, used in the coronation of Scottish rulers.

Tal vez ningún otro lugar en Francia tenga más asociaciones para los visitantes de habla Inglesa que Normandía. El histórico desembarco de los aliados en el Día D – 6 de junio 1944 – pervive en la memoria de los británicos y los estadounidenses por igual. Le Havre tampoco se ha olvidado de los oscuros días de la guerra. El puerto fue casi completamente destruido durante la campaña de Normandía. Hoy en día, Le Havre es el segundo puerto más grande de Francia y la entrada de París, “La Ciudad Luz”, la campiña normanda, y las playas del desembarco histórico.

Los viajeros normalmente se dirigen a los lugares de aterrizaje históricos o a París. Sin embargo, Le Havre fue designado Patrimonio de la Humanidad en 2005. El Museo de Bellas Artes André Malraux cuenta con una de las mejores colecciones de pintura impresionista del mundo.

El sur de Inglaterra cuenta con una espectacular costa que encierra algunos de los paisajes más bellos de Gran Bretaña. Un paisaje de colinas y brezales, llanuras y bosques, montes y valles que no tiene rival. Southampton es la puerta de entrada a la campiña inglesa y a una amplia variedad de lugares históricos, monumentos nacionales y mucho encanto. Y, por supuesto, Londres queda a tan solo de dos horas de viaje por una carretera moderna.

El principal puerto de pasajeros de más nivel del Reino Unido, Southampton recibió durante mucho tiempo a los grandes transatlánticos de antaño.