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Itinerario: Sydney, Australia - Adelaide - Fremantle - Mauricio - Ciudad del Cabo - Ciudad del Cabo - Walvis Bay - Mindelo - Las Palmas, Gran Canaria - Casablanca - Gibraltar - Valencia - Barcelona
Interior
U$S 5,113 por persona
Alojamiento de mejor valor seleccionado expresado en dolares americanos
Sydney, la capital de Nueva Gales del Sur y una de las ciudades más grandes de Australia, es mejor conocida por su Ópera de Sydney frente al puerto, con un diseño distintivo en forma de vela. El enorme puerto Darling Harbour y el puerto más pequeño de Circular Quay son centros de vida junto al mar, con el puente arqueado Harbour Bridge y el estimado Royal Botanic Garden cerca.
Fundada en 1836, esta elegante ciudad se encuentra ubicada en una planicie costera ente el Golfo de San Vicente y las Colinas de Adelaida. Adelaida es el resultado de la buena visión del Coronel Guillermo Light, el Topógrafo General de Australia, quién creo una cuadrícula de una milla cuadrada en el centro de la ciudad y la rodeó por un cordón de parques impresionante. Hoy en día, Adelaida es una metrópolis de más de un millón de personas, dotada de anchas avenidas con árboles, una magnífica arquitectura Victoriana y Eduardiana, parques tranquilos, tiendas de clase mundial y el mayor número de restaurantes per cápita de cualquier ciudad de Australia.
Mauricio es una nación insular en el Océano Índico, al sur oeste de África, a unos 900 kilómetros al este de Madagascar. Es famosa por ser el único hogar conocido del pájaro gigante extinto, el Dodo. Este oasis de serenidad, ha experimentado un reciente auge del turismo, y áreas como Grand Bay, en el norte, ahora hierven de tiendas, restaurantes, bares y discotecas.
Pasados 160 años tras su descubrimiento por el portugués Bartolomé Díaz en 1488, el Cabo de Buena Esperanza seguía siendo parte del África más virgen. Los marineros que pasaban en sus barcos con ganas de llegar a Oriente o impacientes por volver a sus casas en Europa, dejaban mensajes inscritos en las piedras, a modo de “oficina de correos”, para que otros barcos los llevaran a su destino. En 1580, Sir Francis Drake navegó alrededor del Cabo. La robustez y la impresionante belleza de la península le llevaron a escribir: “Este Cabo es una de las cosas más majestuosas y el más hermosos de los cabos de todo el globo terráqueo”. La compañía holandesa de las Indias orientales, cediendo ante las peticiones y recomendaciones de sus oficiales, decidió establecer un puesto en Table Bay en 1652. Construyeron una fortaleza que posteriormente fue sustituida por el actual Castillo de Buena Esperanza, el primer edificio de Ciudad del Cabo.
Pasados 160 años tras su descubrimiento por el portugués Bartolomé Díaz en 1488, el Cabo de Buena Esperanza seguía siendo parte del África más virgen. Los marineros que pasaban en sus barcos con ganas de llegar a Oriente o impacientes por volver a sus casas en Europa, dejaban mensajes inscritos en las piedras, a modo de “oficina de correos”, para que otros barcos los llevaran a su destino. En 1580, Sir Francis Drake navegó alrededor del Cabo. La robustez y la impresionante belleza de la península le llevaron a escribir: “Este Cabo es una de las cosas más majestuosas y el más hermosos de los cabos de todo el globo terráqueo”. La compañía holandesa de las Indias orientales, cediendo ante las peticiones y recomendaciones de sus oficiales, decidió establecer un puesto en Table Bay en 1652. Construyeron una fortaleza que posteriormente fue sustituida por el actual Castillo de Buena Esperanza, el primer edificio de Ciudad del Cabo.
Walvis Bay posee el mejor puerto de la costa de Namibia. Este hecho llevó a su anexión por los Británicos en 1878, quienes lo añadieron a su enclave en Sudáfrica. No fue sino hasta 1994 que la actual República de Sudáfrica devolvió Walvis Bay a Namibia. El puerto es su puerta de entrada al gran desierto de Namib, uno de los desiertos más antiguos y más duros de la Tierra, y a la antigua ciudad Alemana de Swakopmund, un legado de la ya lejana época en que Namibia era una colonia Alemana llamada Sudwest Afrika.
Walvis Bay se posa sobre el borde del gran desierto de Namib, ofreciendo un paisaje de extraordinaria belleza, con sus inmensas dunas, paisajes lunares y las minas de sal.
Las islas de Cabo Verde se encuentran frente a la costa tropical del norte de África. Su nombre significa literalmente “cabo verde”, pero la naturaleza le ha jugado una mala pasada al archipiélago. Las cambiantes condiciones climáticas y económicas han dejado el archipiélago devastado por la sequía. Pero los isleños son mucho más resistentes y valientes. Con la inversión extranjera y la empresa privada, las islas de Cabo Verde están llevando a cabo poco a poco un nuevo sueño económico para su hogar y trabajando hacia un futuro más prometedor.
El archipiélago Canario fue esculpido durante un período de intensa actividad volcánica; sus islas poseen una agreste belleza lunar. Gran Canaria es la tercera isla más grande del grupo y, a menudo se la describe como la “Isla Redonda” por su forma casi circular. Las Palmas, su capital, es también la ciudad más grande de las Islas Canarias con unos 500.000 habitantes. A pesar de un paisaje aparentemente inhóspito, los agricultores del Valle de Angostura de Gran Canaria cultivan abundantes cosechas de tomates, cebollas, melones e higos. Además, el clima de la isla, la escasez de lluvias, y las bellas playas han atraído a muchos Europeos que buscan el sol de invierno.
Para muchos, la palabra Casablanca evoca la visión de Hollywood de una exótica ciudad de intrigas. Pero la realidad, más compleja y fascinante, está muy alejada de la fantasía de película. Casablanca es la ciudad más grande de Marruecos, el puerto más activo en el norte de África, y el hogar de casi cuatro millones de personas. Un importante centro comercial desde la época de los fenicios, Casablanca es una mezcla sugerente de lo nuevo y lo viejo, lo familiar y lo exótico. Es una ciudad comercial moderna con un viejo corazón que es el hogar de estrechas y empedradas callejuelas, bazares y zocos, minaretes y medinas.
Casablanca es una ciudad moderna, con playas que bordean el Atlántico y amplias avenidas arboladas. La ciudad es también la puerta de entrada al interior de Marruecos y las espectaculares “ciudades imperiales” de Rabat y Marrakech.
The Rock crouches over the sea like an ancient stone beast, looking Sphinx-like to Africa. Beneath the white cliffs of this natural fortress grows a profusion of palm, pine, and cypress. No fewer than 600 varieties of flowers thrive here, some not found anywhere else on Earth. Gibraltar’s stunning setting is matched by its history – five countries have battled for 13 centuries to control the passage between the Atlantic and the Mediterranean. The result made for a cultural melting pot. Veiled Moroccan women in caftans and vacationing Englishmen and Spaniards stroll along the narrow, steep lanes. The locals revert to a liquid Spanish when talking among themselves. And visitors to a 15th-century cathedral pass through a blue-tiled courtyard, once part of a 13th-century mosque.
Spain’s third largest city grew from a first century Roman outpost to become a rival to Barcelona’s dizzying energy and Madrid’s cultural attractions-which explains the colorful mix of cosmopolitan buildings and Old World charm you’ll encounter around every corner. While the city boasts Lladró porcelain, the UNESCO-recognized La Lonja, or Old Silk Exchange, and the imposing Valencia Cathedral, just a few miles away is a world of undulating hillsides covered in vineyards and a magical maze of caverns to tempt you as well. As you explore each fascinating facet of this beautiful city you’ll discover that it will never fail to delight, inspire and surprise.
Los Juegos Olímpicos del verano de 1992 revelaron a los europeos, al mundo y a los viajeros experimentados lo que ya sabían – Barcelona es uno los mayores tesoros del mundo. Vibrante y terrenal, comercial y cultural, esta ciudad de dos millones de residentes es la capital de la comunidad autónoma de Cataluña. Dé un paseo por el amplio y arbolado paseo de Las Ramblas y admire los pináculos de la Basílica de la Sagrada Familia de Gaudí o visite el Anillo Olímpico en la colina de Montjuic – hogar de parques, fuentes y museos. Barcelona, nutrida de gigantes del arte como Picasso, Dalí, Miró y Casals, es el paraíso definitivo del viajero.
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